"Tacita" Saldivia & La Pasión del Boxeo

No muchos lo saben, pero el popular maestro carpintero conocido como "Tacita", fue en la década de los setenta una promisoria figura del boxeo regional. Sepa más de su vida, sus logros en el deporte y su recordado título nacional





Luis Fernando Saldivia Panicini es un destacado vecino de nuestra ciudad, que en sus años mozos destacó como uno de los mejores boxeadores de su generación. Tal vez para muchos de nuestros lectores ese nombre no les diga mucho, pero si no referimos a él como “Tacita”, comprenderán inmediatamente de quien estamos hablando.



Don Luis nació en Puerto Natales el 17 de abril de 1956, Desde muy pequeño ingresó al mundo del boxeo, concurriendo al gimnasio Esmeralda a ver en  acción a los ídolos de la época. A mediados de los años sesenta, sus referentes eran Rolando González “Gonzalito”, José Low, Freddy Trujillo, los hermanos Gabriel y Rolando Alarcón, entre muchos otros. Recuerda don Luis: “en esa época uno se metía de guapo a entrenar. Uno iba a mirar los entrenamientos y al final nos pasaban los guantes. Habíamos muchos interesados, y a mi siempre me iba bien, incluso con niños mayores que yo.”



En aquellos años, eran memorables las veladas de box en el gimnasio Natales, las cuales sagradamente se realizaban todos los fines de semana, e incluso a veces a mitad de semana. Los rivales venían de Río Turbio, Río Gallegos, Punta Arenas e inclusive desde el norte del país. Nuestro entrevistado rememora con cariño aquella época y habla de sus contemporáneos: “Recuerdo al “Chino” Miranda, Benito Torres, José Saldivia “Cochocho”, Arturo Maichil y otros más. Los mejores recuerdos de aquellas épocas son las veladas de box a gimnasio lleno, un ambiente espectacular.  Es una lástima que ahora ya no exista eso. Tal vez es producto de la televisión o porque ahora nadie quiere hacer algo gratis. Lo malo es que ahora no hay donde entrenar.



EK: ¿Salió usted, don Luis, alguna vez fuera de Natales a boxear?

-Por supuesto. Recorrí toda la Patagonia chileno-argentina, y además realicé peleas en Puerto Montt, Santiago, Valparaíso, Valdivia y Concepción. Además participé en tres nacionales amateurs.



EK: Algo que muy poca gente sabe, es que usted se coronó campeón nacional amateur, ¿Qué puede contarnos al respecto?

-Yo fui a tres nacionales, los años 1974,75 y 76. En  esa última participación me coroné campeón nacional amateur en la categoría pluma (hasta 57 kgs.). Primero tuve que ganar en el Regimiento Lanceros y después el Nacional militar.



EK: ¿Mantuvo alguna estadística de sus resultados en el boxeo amateur?

Lamentablemente no. Calculando, debo haber realizado más de 200 peleas en mis 20 años de trayectoria. De ese total, no perdí más de 15, las que en su       mayoría acabé ganando en las respectivas revanchas, También hice algunas peleas en el boxeo profesional.



EK: ¿Cómo fue esa experiencia?

No me gustó, Primero, son muchos rounds y uno tiene que soportar muchos golpes; los vendajes son otros, hay que dedicarse de lleno a eso. Por eso siempre preferí el boxeo amateur. Pese a esto, tuve la oportunidad de entrenar, a mediados de la década del setenta, con notables integrantes de la Federación de Boxeo de Santiago, entre ellos Martin Vargas, quien era un tipo sencillo, de origen humilde, como lo son la mayoría de los boxeadores. También tuve la oportunidad de conocer a Raúl Astorga, campeón sudamericano de peso pluma, y a los hermanos  Ricardo y Enzo Molina.


EK: ¿Cuál era su estilo boxístico?

Yo no era noqueador, era más bien técnico. Mi estilo se semejaba mucho a Godfrey Stevens, quien era mi máximo ídolo a nivel nacional. A nivel mundial admiraba mucho a Cassius Clay y al argentino Nicolino Loche.



EK: ¿Qué opina de la actualidad del boxeo en nuestra ciudad?

-Pienso que el boxeo está en retirada, lamentablemente. Tu cruzas a Rio Turbio y te das cuenta que estamos a años luz del nivel que ellos poseen. Al menos las veladas en Cerro Castillo alcanzan para mantener vivo el deporte. En nuestra ciudad hay clubes que son entidades deportivas y se dedican a negociar el nombre, lo cual está muy mal.



EK: ¿Usted estaría dispuesto a entrenar a niños que tengas ganas de aprender este deporte?

-Por supuesto. Yo estaría feliz devolviendo lo que aprendí en todos mis años de boxeo. De hecho, se me han acercado algunos niños con esa intención, pero no tengo donde llevarlos. Espero que eso alguna vez se solucione.



Señores autoridades: no desperdiciemos a gente como don Luis, con ganas de traspasar sus conocimientos a las futuras generaciones, otorguémosle las facilidades que gente como él se merecen y de esta manera concretaremos esas promesas que tanto escuchamos en épocas eleccionarias, donde el deporte y la cultura son el estandarte predilecto para vender falsas esperanzas, que posteriormente pasan al olvido sin pena ni gloria.



Para despedirnos, solicitamos a don Luis una reflexión final con respecto al boxeo en general: “El boxeo es un deporte, está reglamentado. Nadie te obliga a subir al ring, y de hecho los mejores amigos que he tenido los conocí en un cuadrilátero. Les agradezco a ustedes la posibilidad que me dieron de recordar tantos lindos momentos. Muchas gracias”.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario